Momento de desaprender.

El problema no está en no haver aprendido, sinó en haver aprendido lo que no se debía. Me explico. Tantos años realizando entrenamientos en los que sólo el mecanismo ejecutor era importante, han llebado a que los jugadores se habituaran a convivir en un entorno futbolístico que no era el real, que no se ajustaba a la realidad de los domingos (entiéndase, los partidos). A los jugadores les cuesta resolver situaciones en las que las variables que generan incertidumbre en el juego nada tienen que ver con las de la competición.
Es por ello que pienso que ha llegado el momento de desaprender. Borrar de la mente aquellas experiencias previas que de nada nos han servido. Miento. Nos sirvieron en su momento para hacernos "peores" jugadores. Y más vale tarde que nunca. Debemos trabajar situaciones de juego donde los jugadores pongan de manifiesto todas las estructuras que componen el rendimiento para ser capaces de interpretar estas situaciones y ser cpaces de resolverlas acertadamente. EL mecanismo decisional es el que toma ventaja en esta nueva etapa.

Esperar lo peor, confiando en lo mejor.

Poneros en situación. Objetivo de la temporada: 45 puntos y permanencia. Estamos en la jornada 12. Con el equipo instalado en la zona media, y previo al partido del fin de semana que nos puede permitir dar un salto de calidad (meternos en el grupo de arriba), o seguir en esta zona media pero menos tranquilos.
Estoy en casa, prpeparando el partido, y mientras pienso en que palabras mágicas puedo utilizar para que los jugadores salgan al partido con el nivel de motivación y activación justo...me nace la duda. ¿El mensaje que mandaré a los jugadores les relajará más de la cuenta, o por el contrario les estará poniendo demasiada presión?
Es una duda que me asalta desde hace tiempo cada vez que se me presenta un contexto parecido. Estamos acariciando la parte de arriba...pero la palabra "oportunidad" me asusta. Estamos, a la vez, tan cerca del descenso...que la palabra "tranquilidad" tampoco la encuentro ajustada. ¡Que dilema!
Con este lío mental, trato de confiar en mi equipo para que suceda lo mejor, aún sabiendo que puede pasar lo peor.

Las tres ligas.

Sigo pensando que la nuestra es una liga con tres grupos muy diferenciados. En un primer está el F.C. Barcelona. Y lo digo ahora, a 7 de noviembre, estando tres puntos por encima el Madrid. Para mi, es un futbol llebado a la maxima expresión. La excelencia del futbol combinativo sumado al maravilloso derroche defensivo hacen al Barça inalcanzable. En un segundo escalón está el Madrid. Es cierto que se trata de un equipo mejorado, si quereis, una version 2.0 del Real Madrid de Mourinho, pero que bajo mi punto de vista todavía debe mejorar para alcanzar lo inhumano, aquello que a tantos entrenadores nos está nublando la vista sin permitirnos ver más allá que es el 'jugar' de los blaugrana. En un último nivel está el resto. Peones del futbol, la clase humilde, currantes de a pie que con mucha constancia y trabajo tratarán de cumplir con sus humildes objetivos. Para todos, suerte, porque esto no hizo más que empezar.

Especificidad, ¿mito o realidad?

Hace tiempo ya, algunos se encargaron de convencernos sobre la metodología de entrenamiento integrada. Pretendía que trabajáramos las cuatro piezas de puzzle que componen el rendimiento del futbolista (técnica, táctica, preparación psicológica y preparación física) todas en una o de dos en dos, haciéndonos creer que era la manera de optimizar recursos, de ganar tiempo, e incluso de obtener mayor rendimiento y con ello mayores logros. Pero no era oro todo lo que relucía, y con el tiempo vimos que las mejoras no eran tan evidentes cuando hablábamos del nivel táctico. El 'jugar' no evolucionaba, pues el entrenamiento era específico de nuestro deporte, pero inespecífico de muestro modelo de juego. La especificidad radica en poner al servicio del jugador el puzzle entero, esa totalidad del jugar sin divisiones. Solo entrenando nuestro 'jugar' nos acercaremos realmente al juego del futbol y garantizaremos mejoras en todos los niveles de las distintas estructuras que componen el rendimiento del futbolista.

Valor, coraje y ¡táctica!

Si hablamos de tipos de entrenadores a todos se nos ocurren varios perfiles. El entrenador chillón o autoritario, es aquel que no conoce otra forma de transmitir sus conocimientos que a base de gritos. Normalmente son pocos los conocimientos que tiene y de ahí que deba suplir su papel con mucha presencia física y sonora. El entrenador espectador, o "da igual" o pasota. A todos nos viene a la cabeza el entrenador que lo deja todo en manos de sus ayudantes, dedicándose sólo a alinear el 11 del domingo. No conoce, ni pretende conocer, a los rivales. Sus teorías se basan en: "el jugador ya sabe lo que debe hacer". Tenemos también el entrenador radiocontrol. Este perfil viene a tener las ideas bastante claras los fines de semana, aunque no sabe entrenar. No conoce la manera de entrenando, llegar a corregir los errores que suceden el fin de semana. Es entonces, el domingo, cuando debe hacer uso del mando a distancia para conducir a sus pupilos. El entrenador llorón, es aquel que siempre se queja de todo. De losarbitros, del entorno, de la climatología, de los jugadores, de los rivales, del estado del terreno de juego; y que jamás se mira el ombligo. Por último, existe el entrenador ENTRENADOR. Es aquel que ejerce un rol democrático en el vestuario, que trabaja el 'jugar' del fin de semana entre semana, para adaptar a sus jugadores a este 'jugar'. Es comprensivo, accesible, y siempre pone el beneficio del grupo por delante del suyo propio. Es aquel que hace que su equipo tenga un estilo propio, un modelo al cual aproximarse.
Para mi, lo importante es realmente que el entrenador entrene este 'jugar'. Esta manera de desenvolverse el fin de semana y que condiciona todo aquello que hacemos entre semana. El que entrena el futbol en su totalidad, teniendo en cuenta la complejidad de dicho deporte y todas las estructuras que componen al jugador.

Escalón a escalón.

Lo decía Confucio, para triumfar no hay que quedarse mirando la escalera, sino subirla escalón a escalón, hasta llegar arriba. Debemos afrontar los retos supone ir semana a semana sin ver más allá. Los peldaños se suben de uno en uno, sino, corremos el riesgo de caernos y... vuelta a empezar.
Recuerdo el pasaje de una preciosa película en la que el entrenador repetía a sus pupilos aquel famoso "pulgada a pulgada". Solo así alcanzaremos nuestros propósitos deportivos. Por todo ello debemos ser competitivos en cada partido, jamás saltarnos un escalón; o bien, la distancia con el siguiente será cada vez mayor. Ser competitivos pasa por tener siempre opciones. Opciones aun agarrándose al peldaño por la yema de los dedos. ¿Os acirdais de aquella gran final de la Champions en el camp Nou entre Manchester United i Bayern Munich? Suelo utilizar este ejemplo para hacer ver a mis jugadores que mientras hay vida hay esperanza y que jamás debemos alejarnos como mínimo del empate.

La preparacion 'fisica' en el futbol.

Rafel Pol es el autor del libro que lleva por nombre el título de este post. Me cautivó la clarividencia de sus ideas en el pasado congreso del RCD Espanyol. Aunque con un estilo muy propio y peculiar, dió una lección a todos los presentes. A modo de ejemplo: se pregunta en uno de los capítulos por quien era más rápido, Figo, Guardiola o Sergi Berjuan. Parece lógica la respuesta. Sergi hacía los 100 metros en menos de 12"50. Pero el autor nos hace ver que la velocidad en el futbol es algo muy diferente. Recorrer 20 metros, parar, fintar, recibir el balón, dárselo al compañero adequado, y volver a correr 10 metros para generar una nueva linea de pase. Esta es la velocidad propia del deporte rey. Y en esto, el más veloz sin duda era Pep.

La IN-validez de los tests objetivos.

La mayoría recordamos aquellos inicios de canal +. El partido de los domingos era precedido de una competición de chutes de precisión desde la frontal del area del equipo alevin de la ciudad dondd acontecía el encuentro. Este era un ejemplo de un NO-test objetivo que NO-medía la precisión en los lanzamientos de falta. Este test, como muchos, ni es valido, ni es objetivo, ni nos da información de la realidad de la competición. Para que fuera así deberíamos introducir oposición, compañeros, árbitro, reloj, etc. Todos aquellos factores del entorno que hacen de este deporte una actividad compleja, donde la toma de decisiones siempre debe estar presente.

Que la guarnición no se coma el solomillo.

Caundo el continente supera el contenido estamos cerca del fin. Los medios de comunicación se han empeñado en vendernos lo "bonito" del juego del futbol, pero se han alejado del jugar propio del futbol. El Barcelona le pone mucha guarnición... a un pedazo de solomillo de 500 gramos. Pero eso es la excepcion que comfirma la regla. Debemos crear un modelo en el que el jugar bien y bonito, sea un medio y no un objetivo. Un medio que nos acerque al resultado final. Aunque es evidente que la herramienta de la que hablamos, la guarnicion del solomillo, jamas debe superar en importancia el pedazo de carne que deseamos comer.

La objetividad no existe.

Cuando tendemos a analizar los partidos a posteriori, uno de los tópicos más utilizados por los entrenadores és aquel que dice "si miramos des de un punto de vista objetivo...hemos sido superiores". Como deciía mi amigo Nando,"si si, pero 0-1 y pa'casa". Para mi, como para muchos, la objetividad no existe. Las personas, somos sujetos, y como sujetos que somos, somos subjetivos. No podemos pretender ser objetivos puesto que no somos un objeto. En esto, Lillo es un maestro. Lo explica como casi nadie.

No podemos prescindir del contexto en el que nos movemos. Las circunstancias siempre hay que tenerlas en cuenta y es por ello que no podemos decir que seremos objetivos cuando hay mil y un factores que nos lo imposibilitan. Ni el mejor juez es capaz de tomar un veredicto siendo imparcial. Los humanos somos parciales, partidistas y subjetivos.

Entrenador en época de rebajas.

No es fácil diseñar un equipo en época de vacas flacas. Y este es el caso que les ha tocado vivir a cantidad de entrenadores este pasado verano. Limitaciones económicas, condiciones sociales precarias, y toda una temporada por delante. Dice un amigo mio que media liga se gana en los meses de junio y julio. Acertar en la composición y en la planificación de la plantilla resulta fundamental. Pero si a las dificultades que ofrece el mercado ya de por sí, le añadimos la situación económica de los clubes, de los propios jugadores, incluso de los patrocinadores, este diseño de la plantilla se convierte en un reto mucho más que difícil.

Se juega como se entrena, pero...¿entrenamos como jugamos?

Eduardo Domínguez, un grande de la preparación física en España, lanzaba esta cuestion al aire en el pasado Congreso de futbol organizado por el RCD Español. De primeras, la mayoría de los entrenadors daríamos por hecho que si. Pero lo pongo en duda. ¿Cuantas veces suceden cosas los domingos que no hemos trabajado durante la semana?, ¿Cuantas veces pedimos a los juagdores cosas por primera vez el domingo, sin haber sido tratadas durante la semana?

Hagamos una humilde autocrítica y veamos si ciertamente entrenamos lo que los domingos pretendemos que nuestro equipo haga. No olbidemos que los domingos existe un contexto muy concreto: tiempo, resultado, rivales, compañeros, árbitro, estado del terreno de juego, dimensiones de éste,...

Estos parámetros hay que tenerlos en cuenta cuando diseñamos las sesiones semanales de entrenamiento.

Con un hombre menos...

En la actualidad, dada la igualdad que se vive en la mayoría de las categorías, creo que cuando nuestro equipo, por circunstancias, se queda con un jugador menos...¡está perdido!

El desgaste físico al que se ve sometido un equipo por el hecho de jugar con diez, sumado al esfuerzo cognitivo que esto supone, hace que el equipo en inferioridad deba multiplicarse para poder competir a un mismo nivel. Es por ello que debemos, en primer lugar, hacer un trabajo de prevención en todo lo relacionado a evitar las targetas absurdas en las primeras fases del partido. En segundo término, debemos tener cuidado que perfil de jugadores amonestados dejamos en el campo sin sustituir. ¡Corremos mucho peligro! El último paso es como solucinar la inferioridad numèrica. ¿Restamos un punta? ¿Restamos un centrocampista? Si nos ponemos 1-4-4-1 o si nos ponemos 1-4-3-2, este es el gran dilema. Claro que como siempre, dependerá del resultado, del minuto de la expulsión, de las dimensiones del terreno de juego, y muchas cosas más. No hay una sola manera de solucionarlo, sino todos usaríamos la misma.

Los objetivos...

Soy de los que piensan que los objetivos deben avanzar a la vez que los logros. Es decir, no creo en los objetivos alcanzables, sino en aquellos que nos hacen soñar, que despiertan nuestra pasión y hacen que nuesras metas jamás las podamos tocar no con la yema de los dedos. Hay quien pensarà que si no logramos objetivos intermedios, la motivación puede decaer. No estoy de acuerdo, pues pienso que, como decía uno de los más grandes (Xesco Espar), "no existen objeticos imposibles, acaso sí haya plazos intrépidos".

A mis jugadores les intento vender esta idea. O mejor dicho, les intento convencer de esta idea. Pues creo que sumando esfuerzos, multiplicamos los resultados. Y si soñamos juntos, la distancia con lo imposible se acorta.

Tirando de la manta.

Como decía Carlos Rexach, el futbol es como una corta manta. Si pretendo cubrirme los pies, paso frio en la cabeza; y si hago lo contrario se me hielan los pies. Encontrar el equilibrio no es fácil. Si juego con un pivote defensivo para pretender tener superioridad numérica en el centro del campo y asegurar las segundas acciones cerca de mi propia porteria, tengo el problema que arriba mis puntas aprietan poco y los balones que me ponen los centrales son balones senzillos, sin estar apretados y que me suponen mucho peligro. Si juego con dos puntas para asegurar que los puntas aprietan a los centrales y dificultan la circulación, el problema me aparece en las segundas acciones después del rechace de mis centrales. Estas son dominadas por los hombres de centro del campo rival.

¿Solución?...Que cada uno de con la tecla que haga que su música suene mejor. Para mi, jugadores inteligentes, capacidad de anticipación táctica, correcta distancia entre líneas, y una gran dosis de derroche físico y solidaridad.

Tapar un agujero no debe suponer que el agua nos salga por otro agujero.

Cuanto tiempo perdido...

Son tantos años dándonos de golpes contra la pared. Intentaré explicarme. Años a, cuando empezaba en este apasionante mundo del entrenamineto, lo hacía con la creencia que la técnica era la base sobre la qual se fundamentaba el rendimeinto de nuestros futbolistas. Aquellos años en el alevín de la desaparecida U.E. Lleida con los hermanos Imaz, Adrià Gallego, Dani Pujol, y un sinfin de brillantes (humana y futbolisticamente) chavales, marcaron mis inicios como técnico. Jamás gané la liga de primera división alevin, aun teniendo mejores jugadores que nuestros rivales. ¿El motivo? Lo desubrí seis años después. Nos había faltado crecer tácticamente. Suena senzillo, ¿verdad? Pero no lo es tanto cuando mis creencias hacían que día tras día obedeciera al trabajo técnico (y casi siempre desde una perspectiva analítica) como base de mi metodología de entrenamiento.

Señores formadores, necesitamos abrir horizontes, para una vez conocido el juego del futbol y su jugar, valoremos si aquello que hacemos durante tantas sesiones de entrenamiento en una misma temporada se parece en algo a este jugar.