4 de octubre de 2011

Con un hombre menos...

En la actualidad, dada la igualdad que se vive en la mayoría de las categorías, creo que cuando nuestro equipo, por circunstancias, se queda con un jugador menos...¡está perdido!
El desgaste físico al que se ve sometido un equipo por el hecho de jugar con diez, sumado al esfuerzo cognitivo que esto supone, hace que el equipo en inferioridad deba multiplicarse para poder competir a un mismo nivel. Es por ello que debemos, en primer lugar, hacer un trabajo de prevención en todo lo relacionado a evitar las targetas absurdas en las primeras fases del partido. En segundo término, debemos tener cuidado que perfil de jugadores amonestados dejamos en el campo sin sustituir. ¡Corremos mucho peligro! El último paso es como solucinar la inferioridad numèrica. ¿Restamos un punta? ¿Restamos un centrocampista? Si nos ponemos 1-4-4-1 o si nos ponemos 1-4-3-2, este es el gran dilema. Claro que como siempre, dependerá del resultado, del minuto de la expulsión, de las dimensiones del terreno de juego, y muchas cosas más. No hay una sola manera de solucionarlo, sino todos usaríamos la misma.

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